DESECHANDO
LOS VENENOS
PARA EL CORAZÓN
Salmos 119:35-37 (RVR1960)
Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en
ella tengo mi voluntad.
Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.
Avívame en tu camino.
Muchos de los
problemas que hoy en día vivimos en el mundo entero como las guerras,
injusticias, corrupción y la degradación de los valores, entre otros males, han
nacido del corazón del hombre lleno de codicia. Avaricia, vanidad y orgullo. Es
fácil que cualquiera de nosotros caiga en estas debilidades del carácter
humano. Es por eso que El Señor nos deja en su palabra el mecanismo adecuado
para no permitir que estos grandes males sigan haciendo desastres en nuestros
corazones.
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