viernes, 9 de enero de 2015

La sonrisa del encanto

La noche Barranquillera se engalana con su famosa luna radiante y su brisa que acaricia y estimula los sentidos. En medio de tan acogedor ambiente está ella con su mirada fija en el cielo, contando las estrellas como quien cuenta sueños, éxitos, esperanzas, planes, en fin miles de ideas pasan por su cabeza, inquietudes, dudas y la ansiedad quiere hacer su inminente aparición.
De repente llega él con su tono de voz grave, e inspirado por el Altísimo, sólo tiene palabras de aliento y finos cumplidos para ella quien ante eso sólo se ríe, pero su sonrisa provoca mayor inspiración, sus ojos brillan, sus pupilas se dilatan, hoyuelos en sus mejillas, su cara se torna de una hermosa tonalidad roja que magnifica su ternura y belleza.
Pasa el rato y cada uno se retira a su respectivo destino, pero con la satisfacción de experimentar un tiempo grato. Por un lado el inspirado varón fue el locutor de múltiples cumplidos, y su recompensa fue la sonrisa encantadora de aquella musa. Ella por su parte no fue presa de la ansiedad, creyó en cada cumplido recibido, cada palabra de aliento, y llena de fe y sueños pudo descansar tranquilamente en sus aposentos.

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