Mateo 14:22-23
RVR1960
En seguida Jesús
hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera,
entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al
monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
En este pasaje se ve un principio que es clave en la vida
de cada persona, la intimidad con Dios a través de la oración. Jesús es Hijo el
de Dios, cualquiera diría, pero bueno si Jesús tiene el poder de Dios, porque Él
es Dios, pues no necesitaría mucho estar en intimidad con su Padre Celestial. A
diferencia de lo que piensa el común de la gente, Jesús buscaba a diario estar
a solas con El Padre, y nos deja este ejemplo para que también hoy en día
busquemos al Señor a través de la oración, la cual es hablar con Dios
A veces nosotros pensamos que nos la sabemos todas,
y dejamos que el orgullo nos convenza con argumentos como: "si ya tú sabes
mucho de eso, no necesitas más, ya tu solito puedes." Jesús en esa actitud
de buscar al Padre nos da una lección de tremenda humildad y amor, porque
siendo Jesús Dios, nunca dejó de buscar la presencia su presencia del que
también es nuestro Padre. Si Jesús siendo Dios busca a diario al Padre,
nosotros que no somos dioses con mayor razón necesitamos su presencia a diario,
en esa búsqueda estableceremos una relación estrecha con Dios de amor, que
producirá excelentes frutos en nuestras vidas.
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